Hay un dilema que nos explica Gerald Weinberg en su libro Becoming a Technical Leader. Nos dice: si tuvieras que hacer un viaje con alguien que conduzca, ¿con quién preferirías ir?
- Con alguien que nunca ha tenido un accidente, pero probablemente estaría indeciso en caso de tener uno.
- Con alguien que tiene un accidente de media por semana, pero es muy resolutivo en soluciones de emergencia.
Aunque parezca mentira, mucha gente suele preferir la opción 2. La guerra es más heroica, nos gusta el drama y que nos salven de apuros. El programador que está hasta las tres de la mañana arreglando asuntos se convierte en nuestro héroe, al que recompensamos y estimamos por habernos salvado el pellejo una vez más.
¿No sería mejor recompensar programadores y mánagers que nos mantienen fuera de las crisis? Será más aburrido, y no tendrás que organizar gabinetes de crisis o war-rooms que nos mantenga en el foco de atención, pero mantendremos un mejor estado de salud en nuestra organización (y no solo allí).