Somos muchos los que de una manera u otra trabajamos para la Administración Pública, algunos directamente pero otros muchos indirectamente, como proveedores de servicios o productos pero trabajando en este sector al fin y al cabo.
Muchos tratamos de realizar estos servicios o entregar esos productos aplicando técnicas de gestión ágiles como Scrum o Lean Management pero solemos encontrarnos con cierta rigidez en la formalización de los contratos o en los pliegos de contratación de los concursos públicos.
Alguien preguntaba recientemente en un debate del grupo PMP Canarias en LinkedIn si las administraciones públicas estaban preparadas para la gestión de este nuevo tipo de proyectos. En mi opinión, a la Administración Pública Española aún le queda un buen trecho pero creo que ya se comienzan a ver ciertos avances en la aplicación de nuevas formas de gestión como Lean Government, especialmente en otros países.
En el NHS, el sistema de seguridad social británico, con la aplicación de técnicas Lean para eliminar retrasos innecesarios, reducir el papeleo y aprovechar los tiempos muertos de espera para realizar ‘actividades útiles’ se consiguió reducir la mortalidad en dos tipos graves de fractura de un 22,9% a un 14,6% en solo seis meses. Eso significa que en ese periodo, de media, unos 14 pacientes más lograrían sobrevivir a la operación.
Otro ejemplo de Lean Healthcare se encuentra en un hospital de distrito del NHS. La clasificación de las pruebas de ultrasonido en ‘verdes’ para las más simples y ‘rojas’ para las más complejas permitió reducir la lista de espera para estas pruebas de 12 semanas a tan solo 2. Se asignó el tiempo justo para la complejidad de cada prueba y se redujeron los trámites y el papeleo al mínimo para las pruebas más simples con lo que además de la reducción en los tiempos de espera se logró que quedasen más huecos en el calendario para tratar adecuadamente las posibles urgencias.
Mucho más reciente es la actualización de las normas de contratación del Departamento de Defensa de Estados Unidos para declarar ‘ilegales’ los proyectos en cascada. Parece ser que uno de los proyectos que ha disparado esta decisión fue el proyecto Sentinel en el que después de un proyecto fallido inicial de 170 millones de dólares, retrasos considerables, 6 años de trabajo y 451 millones de presupuesto se consiguió finalmente poner en marcha el nuevo sistema, gracias entre otras cosas, a la aplicación de técnicas ágiles de desarrollo para reducir los tiempos de entrega y los costos de cada funcionalidad entregada.
También en España parece haber un creciente número de instituciones públicas como el Museo Thyssen, el Hospital Clínico de San Carlos en Madrid y su Smart Health Lab o la Agencia Tributaria que están comenzando a usar y aplicar técnicas ágiles como Lean Government en sus negocios. Espero que estas instituciones sean solo la punta de lanza para lograr una Administración Pública más eficiente en estos ‘lean times’
Referencias: